sábado, 26 de septiembre de 2015

MOMENTO PARA UN BESO PERFECTO

CAPITULO PRIMERO
NO SE DÓNDE ESTOY

Hay momentos en la vida en que uno siente lo que va a pasar.

No me refiero a esas predicciones que se generan en un encuentro de amigos para jugar al PES o ver “el” partido de la semana. Me refiero a momentos más personales, más individuales, ya que a cada sujeto se le dan en momentos distintos. Siempre, claro, estos momentos vienen acompañados de vivencias y experiencias, pero lo que juega acá es la esencia, y de esto voy a entrar más en detalle en el capítulo siete, donde comprobé que esto fue mi revelación.

Yo todavía estaba con las pestañas bajas, saboreaba una saliva ácida como de haber comido chocolate horas anteriores y no haberme podido lavar los dientes. Seguía de entre sueños, en ese estado alfa muy difícil de llegar, donde te describís pleno, hasta que fui sacudido por su toque. Para describirlo mejor con imágenes yo me encontraba sentado en el medio del Camp Nou, con el jardinero que recién le había dado una podada con un peine número dos, en ese sillón puesto ahí, en el medio del mundo solo para mí, y rockeros como Calamaro, Jagger y el indio insistían para invitarme a tocar a un fogón. O sea, yo estaba ahí charlando con grandes tipos, no sé de qué, pero mis expresiones eran de un tipo que sabía lo que decía, muy seguro, muy seguro… y de la nada aparecía Zinedine Zidane con ese cabezaso de jugada ya preparada para cerrar la fantasía.

- ¿Me lo desenchufas?, me consultó la voz en inglés. Si, en inglés.
Yo venía de París, estaba en un colectivo francés, y si estás en Europa algo de inglés tenés que saber.
Para entrar en contexto: hace dos semanas estoy recorriendo Europa, con expectativas de conocimiento y exploración de un “mundo diferente”. Pasé por Barcelona, pasé por Paris, el tour de la historia que cambiará mi percepción sobre la consolidación de un momento perfecto para besar sigue en esta ciudad, la ciudad conocida por el libertinaje, la lujuria, canales pantanosos y una estampida en masa de bicicletas circulando en cualquier tiempo y espacio posible de ocupar.

- Nicolás bienvenido a… , me decía un presentimiento desde afuera de la ventana del colectivo francés, para obligarme a girar, llamándome a leer ese tan deseado e imponente cartel: Amsterdam…